Descripción
Madrid, Francisco Pecul, 1804. Plata sobredorada y en su color.
A pesar de la polémica suscitada en el siglo XVII, entre Santiago y Santa Teresa, por el patronazgo de España, siempre hubo una importante devoción a la santa en la catedral. Esta devoción se acentuó en los años centrales del siglo XVIII, trayendo consigo la fundación de un convento de la orden carmelita en la ciudad y, después, la llegada a la catedral de una reliquia de Santa Teresa para la cual, en 1804, se encargó una imagen al platero compostelano, de origen francés y afincado en Madrid, Francisco Pecul. La reliquia, una muela de la santa, se guarda en el medallón ovalado que la figura lleva en el pecho. Por lo demás, es una pieza de gran movimiento, representando un momento de inspiración de Santa Teresa mientras se prepara para escribir sobre el libro abierto que lleva en su mano izquierda.