Descripción

Estas piezas forman parte de una nueva etapa en la trayectoria del artista en la que deja atrás el simbolismo y el prerrafaelismo, y se deja influir por la pintura francesa y las obras de Van Gogh, incorporando una temática regionalista y la técnica del puntillismo, que conoce gracias a una beca concedida por la Diputación Provincial que le permitió viajar a París. 

Es una serie formada por ocho paneles que forman parte de un encargo de Francisco Lloréns para el pabellón de Galicia en la Exposición Iberoamericana de Sevilla del 1929, que obtuvo el primer premio.

Los paneles representaban escenas relacionadas con la historia de Compostela desde una perspectiva divulgativa, mezclando temas de tradición jacobea con otros históricos y la construcción de la catedral. Destaca el estudio de la composición, integrando las figuras, de firme dibujo, en el paisaje. Sus medidas se deben a la adecuación al espacio en el que estarían colocadas en el recinto expositivo, siguiendo un orden cronológico que va desde la Traslación de los restos de Santiago hasta concluir con la figura del Maestro Mateo.

Una vez terminada la muestra sevillana, las piezas pasaron a formar parte de los fondos de la Deputación da Coruña, y se exhibieron en el Pazo de Mariñán en Bergondo. En 2019, se depositaron en el Museo Catedral como préstamo a la Fundación Catedral, y se expusieron en la Sala Manrique del Palacio de Gelmírez.