La estructura del retablo, trazado por fray Plácido Caamiña y tallado por el escultor José Ferreiro, sigue soluciones típicas del barroco como el avance de la calle central, el efecto transparente que resalta la escena del tránsito, las columnas corintias, la policromía de efectos marmóreos y el potente entablamento que separa los cuerpos.
En este retablo está patente la influencia de escultores italianos del barroco tardío, como por ejemplo Bernini, autor de la Transverberación de Santa Teresa, obra que sirve como modelo a José Ferreiro para la realización de la escena del Tránsito de la Santa, posiblemente su obra maestra. Aparece dispuesta bajo una aureola de nubes y ayudada por un ángel, mientras otro la
espera con la corona de la Gloria, ascendiendo a los cielos.
Santa Escolástica fundó, junto con su hermano San Benito, el primer monasterio femenino de la Orden benedictina.