El retablo que lo ampara es, desde un punto de vista tipológico, similar al de Santa Escolástica, ubicado en la capilla de enfrente.
El grupo escultórico que lo preside es obra de Ferreiro, esto se confirma definitivamente por la presencia de una inscripción que fecha la policromía en el año 1784; y está compuestopor la imagen de Cristo crucificado teniendocomo elaborado fondo repujado, el arca de la alianza y el velo del templo rasgándose, clara alusión a lo que se señala desde el Evangelio en relación con el momento de la muerte de Jesús. La iconografía del conjunto se completa con la ilustración de la alegoría de la Sagrada Sangre de Cristo a través del angelillo berninesco que porta el cáliz. El Cristo posee las características de los crucificados de Ferreiro. Presenta una ligera inflexión de los brazos, desarrollo de bíceps y acusado arco que forma el costillaje en el torso. Se observa un contraste entre las partes blandas del vientre y la dureza ósea de las caderas, así como en la forma de insertar los músculos en la rodilla y la separación de los dedos pulgares de los pies. La nota diferencial de los crucifijos de Ferreiro se deja ver en la original disposición de ese paño de pureza que no cae abarrocadamente sobre la pierna derecha, y con una doblez sobresaliente por el centro en la parte superior, sino que se anuda ciñendola pelvis. En 1804 la policromía del retablo ofrecía notables desperfectos, por lo que fray Plácido Caamiña, maestro de obras del monasterio, redacta un informe aconsejando que las columnas fuesen pintadas.