
Los ejemplares de libros que se muestran estaban destinados a los ritos de la liturgia católica. En la parte superior derecha, un pergamino del siglo XIII relativo a la liturgia de san Bartholome en el que se narra como este santo expulsó a un demonio, denominado “Astaroth” (posible deturpación de la diosa fenicio-cananea Astarte), de un templo donde, según la tradición, este vivía dentro de una estatua; san Bartolomé demostró la ineficacia de dicha estatua, que decía curar las enfermedades, expulsó al demonio y consagró el templo a Jesús. Es un ejemplar único.
A la izquierda se encuentra una sacra jacobea manuscrita de 1598 ―solo se conoce este ejemplar―. Las sacras, llamadas también tabellae secretarum o charta cum secretis, son tablillas con textos de la misa que se colocaban sobre la mesa de altar para ayudar al sacerdote a recitar las oraciones principales del oficio, sin tener que recurrir al misal en momentos en los que debía inclinarse o alzar las manos.
Esta sacra muestra en su parte posterior un gofrado en oro con la imagen de Santiago peregrino. La fecha, el lugar de producción y la referencia a Santiago peregrino, entre otras cuestiones, nos hacen deducir que perteneció a la iglesia hospital de Santiago de los Españoles, fundada en Roma por la dinastía Trastámara en torno a 1450. En esta iglesia se encontraban frescos dedicados al Apóstol y una imagen de Santiago como peregrino, obra de Jacopo Sansovino.

Abajo, a la izquierda, se puede ver un antiphonario manuscrito en pergamino del siglo XVI que recoge estos cantos para todo el año litúrgico. La antífona es un breve pasaje tomado de las sagradas escrituras que se canta o reza antes y después de los salmos; estos últimos son cánticos con los que se pretende dar consejos sabios acerca del correcto comportamiento humano. La antífona está precedida por la contracción AÑA y el salmo por la P. Estos libros sagrados estaban generalmente decorados en sus letras capitales con dibujos imaginativos en los que el copista desarrollaba, con cierta libertad, su ingenio y habilidad.
En el centro se muestra un passionarium, según el antiguo rito hispánico (toletanum), de 1567.
El passionarium es el libro que recoge los ritos que han de ser cantados cada uno de los días de la Semana Santa. Solo se conservan tres ejemplares completos con su encuadernación renacentista original, este es el único en una colección privada.
A la derecha, un cantoral portugués de 1790 en notación cuadrada y mensural, manuscrito por fray Juan de Barcelos, en el que se recogen distintas misas. Entre ellas la “Missa do Leite” y la “Missa de Mafra”. Se trata, como manuscrito, de un ejemplar único.
El Palacio Nacional de Mafra, equivalente portugués del Escorial español, nace con ese mismo espíritu de palacio-monasterio; fue construido por el rey Juan V de Portugal e iniciado en 1717. Entre otras misas, encontramos la “Missa de Rea” o la “Missa Ternaria”, escrita en compás.