
Marfil: Athenea-Tyche-Senuna (Minerva-Fortuna-Senuna)
Lar grecorromano del que, por su tipología y posición de la mano en actitud de arrojar una lanza, solo se conoce un referente, en bronce, en el Museo Británico.
El que exponemos está datado en torno a los siglos I o II d. C., y se diferencia del británico en que está ejecutado en marfil, un material muy infrecuente en la época. Los atributos de ambas figuras son idénticos, si bien su vestimenta difiere. La aquí presentada esta ataviada con un peplum ceñido con un cinturón, mientras que la británica lo está con un imation, con caída en el centro.
La diosa Senuna ―o Sena― era venerada como una deidad asociada a la fertilidad, la abundancia y los aspectos enriquecedores de la vida. Su papel se extendió más allá del ámbito espiritual, ya que también era considerada protectora y guía de la comunidad; asimismo, se cree que estaba relacionada con la curación y las aguas.
El descubrimiento en el año 2002 de la diosa celta Senuna, que presenta similitudes tipológicas con la doble deidad griega Athenea-Tyche ―para los romanos Minerva-Fortuna―, nos permite como hipótesis construir esta trinidad Athenea-Tyche-Senuna (Minerva-Fortuna-Senuna), que serviría de nexo entre ambas religiones, en manifestación de un claro sincretismo. Senuna como alter ego de Athenea-Tyche (Minerva-Fortuna).
Entre los objetos y exvotos encontrados en el santuario inglés de la diosa Senuna (Sena) en Hertfordshire, uno tiene la siguiente inscripción: DSE SERVANDVS HISPANI V S L (“Servandus Hispani cumplió de buen grado su voto a la diosa”); este hecho la vincula con el conocimiento o el culto en una parte del territorio hispano a esta diosa celta. En una inscripción, al menos, se hace referencia a Senuna como Sena.
Deidade ibera
Es esta una figura excepcional por varias circunstancias. En primer lugar, por el material en el que está ejecutada y, en segundo término, por la imagen que representa.
Respecto al material, advertir que las figuras de esta índole, deidades o damas oferentes, se realizaban, en estas dimensiones, bien en terracota, bien en bronce fundido, pero no se conocen imágenes de este tipo en marfil, por tratarse, entre otras cosas, de un material realmente excepcional en esa época y entorno. En lo referente a la imagen que representa, podría ser una dama oferente, pero en ese caso portaría, por ejemplo, un vaso de ofrendas.
La pieza que tenemos frente a nosotros aparece con túnica hasta los pies, dejando entrever una parte mínima de estos. Solo aparece al descubierto su rostro. Sus manos están ocultas por la túnica y, sobre esta, se observa un objeto circular: ¿un espejo?, ¿la representación de la luna llena?.
Por otra parte, conocemos la existencia en la cultura ibera de una deidad, Noctiluca, que está asociada a la noche y a la luna, a la que los celtiberos rendían culto en las noches de luna llena.