Santiago

Este ámbito muestra un peregrino jacobeo exento, una talla de peregrino de bulto redondo de las que no es habitual encontrar referencias y que porta como enseñas 2 veneras en el sombrero y 3 en su capa-esclavina.
El número 3 significa trinidad y perfección; así, en el tumbo B de la catedral compostelana podemos ver a Santiago caballero llevando un estandarte con tres veneras, y en el Museo Nacional del Prado, el Santiago entronizado del siglo XV que muestra la enseña también de tres veneras.
Como relieves, baste recordar el peregrino de medio bulto de la portada occidental de la iglesia de Vallejo de Mena (Burgos), o el grupo de peregrinos del ábside de la iglesia de Santiago de Turégano (Segovia).
En una pequeña “petaca” de pergamino se encuentran dos salvoconductos de 1632 correspondientes a sendos peregrinos franceses: Arnaldo de Tenen y Arnaldo de Tondi. En uno de ellos, Arnaldus de Maytie, obispo de Oloron, comunica que Arnaldo de Tondi tiene intención de visitar los templos sagrados del divino Santiago, en Compostela, y de Santa María, madre de Dios, llamada Virgen de Montserrat, y ruega se dé cobijo, ayuda y protección al peregrino, al tiempo que afirma que se trata de un buen cristiano.
El segundo salvoconducto está firmado por Guillermo de Forcade, presbítero, rector de la parroquia de Gurs, de la diócesis de Olorón en el Béarn, y en él se expresa lo siguiente: “Hago saber y atestiguo que, cuando mi dilecto Arnaldo de Tenen, de la antedicha parroquia, exponga su intención de ir al templo dedicado al divino Santiago en Compostela y desde allí a la capilla consagrada a (la) santa Virgen María de Montserrat… se sea caritativo con él”.
Se exponen también distintos emblemas de los siglos VII al XVII con la venera como símbolo. Entre ellos se encuentran varias tipologías que los peregrinos jacobeos portaban como atributo o salvoconducto.
Se puede observar una lámpara bizantina del siglo VII, que recuerda la estructura de la cruz de Santiago.
Al pie del peregrino jacobeo se expone un “Sigilum Regis” pendiente, en plomo, del rey Fernando III, que peregrinó a Compostela en 1232 junto a su esposa, Beatriz de Suabia. La rueda (sello) como signo real es introducida en la Península por el arzobispo compostelano Diego Gelmírez y posteriormente adoptada por los monarcas castellanos.
Se encuentran en este ámbito varios impresos relativos a Santiago y la peregrinación de entre ellos el titulado La Dichosa Peregrina, Santa Brígida de Suecia, tres veces peregrina a Santiago, en su edición de Lisboa de 1714

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