Descripción
Santiago de Compostela, Atr. Rodrigo Eáns, 1332. Plata sobredorada, piedras preciosas y esmaltes
En 1116 la reina Urraca se apoderó de esta reliquia, traída años antes desde Jerusalén a Braga, convirtiéndose, desde entonces, en el otro Santiago de la catedral. En época del Arzobispo Berenguel de Landoria se revitalizó su culto y se encargó este valioso relicario, al que con el tiempo, se fueron incorporando elementos diversos, entre los que destacan los camafeos helenísticos o el llamado Brazalete de Suero de Quiñones, que lleva al cuello.