
En el último tercio del siglo XII, el Maestro Mateo dirigió la construcion de esta cripta, salvando, así, el desnivel existente entre el piso de la catedral y la plaza del Obradoiro. Además, esta novedosa solución arquitectónica, para la que Mateo debió de concebir algún uso especifico en su proyecto, sirve de soporte al espacio inmediatamente superior, en el que se encuentra el Pórtico de la Gloria.
La cripta forma parte del discurso iconografico que el Maestro Mateo ideó para todo el frente occidental de la catedral, lo cual tendría una lectura vertical de contenido apocalíptico y salvífico. De esta manera, aquí se representa el mundo terrenal, poblado de hombres, animales y vegetación, y necesitado de los astros, que aparecen representados en las claves de las bóvedas; continúa con el final de los tiempos, representado en el propio Pórtico; y finaliza en su tribuna, coronada en la clave por la imagen del Cordero de Dios.